TENDENCIA
En cuanto a los principales competidores del hemisferio sur, para Nueva Zelanda el USDA proyecta que en 2023 el país exporte un 13% más respecto al año anterior. A pesar de que las hectáreas productivas se han mantenido relativamente similares en los últimos años, los productores se han concentrado en el recambio varietal, reemplazando las variedades antiguas por otras de mayor rentabilidad, así como por variedades que ofrezcan ventajas para la cosecha. En cuanto a Sudáfrica, otro importante proveedor de manzanas, el USDA indica que los envíos de 2023 presentarían una baja del 10% respecto a 2022, por un ajuste en la producción, y, en comparación a los envíos de campañas anteriores, donde sus principales destinos eran Rusia y Reino Unido, se exportarían mayores lotes hacia mercados cercanos, como África o Asia. Cabe considerar que el aumento en los costos de los insumos y de logística de las últimas campañas afectaría la competitividad y la rentabilidad de la producción sudafricana, empeorando el panorama para las exportaciones. En relación a Chile, se proyecta que los envíos para 2023 se mantengan relativamente similares a campañas pasadas, siendo impulsados por la alternancia productiva de la especie y por la mayor disponibilidad hídrica. Sin embargo, las complicaciones logísticas y económicas que afectan a todos los mercados a nivel global, podrían generar menores rentabilidades para los productores nacionales. En relación con las cosechas, existirían algunos problemas con la disponibilidad de mano de obra, esperando que estos se disipen a medida que avanzan las labores, además de ciertas complicaciones con la coloración, debido a las altas temperaturas (y baja oscilación térmica) registradas durante diciembre y enero, siendo las variedades del grupo Gala las más afectadas. Cabe considerar que existen oportunidades para las manzanas chilenas, debido a que se presentan menores inventarios en Europa y potencialmente menor producción en Brasil, en comparación del año anterior. Sin embargo, gran parte de las decisiones dependerán de los precios y retornos que se registren entre enero y febrero en los principales mercados de destino. Por último, se debe destacar la importancia de Latinoamérica que, si bien se ha caracterizado por ser un mercado secundario para las exportaciones chilenas, donde se envía fruta que, en general, no alcanza los estándares de calidad de los mercados europeos, este ha estado tomando relevancia durante las últimas campañas.
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